Micro pesadillas lúcidas

viernes, 11 de diciembre de 2020

Shit happens

 



3:37 a.m. No otra vez...

Mientras el hombre degollado apenas se sostenía con su torso sobre el inodoro, por detrás de la entrada había finalizando mi arte en transparencia, solo falta el último detalle. Escuché ruidos de alguien bajando las escaleras del pasillo, así que me escondí detrás de la obra haciéndome lo suficientemente delgada para que la puerta se viera natural. Si la persona no entra aquí, no notará nada y así fue; el sujeto continuó bajando. Al fin podré darle sentido a lo que acabo de crear. Tomé un alfiler, corté mi muñeca con la punta y pronto emergieron unas gotas de sangre. "Sh... Hap..." Realicé al menos cinco rayones con la punta del alfiler y con los dedos seguí pasando el líquido rojo por el portón. Aunque sabía que había suficiente sangre del hombre tumbado para culminar mi obra, quería en ella mi sello personal. Luego lo presioné del cuello, recogí suficiente sangre y con ella exhibí el resto del patrón que escribí en la totalidad del puerta. Shit happens - Shit happens - Shit happens - Shit happens - Shit happens - Shit happens. Maravilloso. 

La aplicación me avisó que el carro estaba a 5 minutos. Lavé mis manos tranquilamente y cuando ya me encontraba abajo, un grito horroroso se escuchó hasta el vehículo. Magnífico. 

El alarido aún lo escucho en mi cabeza.

lunes, 30 de noviembre de 2020

Show


Estar en medio del mar no me causó tanto terror como ver la línea del horizonte convertirse en papel. 

En la superficie, lo que parecía agua se fragmentó en trozos de vidrio y lo que parecía espuma se convirtió en trozos de papel y foami. ¿La vida sí es como el show de Truman? Una fuerza me jaló desde la profundidad y esa pequeña bocanada de aire que tomé la liberé al despertar.

miércoles, 14 de octubre de 2020

Contando los días

 


21 días antes de halloween. 
¿Cómo pude olvidar mi aceite desmaquillante? Ahora tendré que hacer magia con el jabón y el agua.
Cuando desperté, afectivamente había dejado el aceite. 

Martes 13.
Programando la alarma a las 14:00, quedé dormida algunos segundos con el celular en la mano.
Al abrir los ojos puse dicha alarma.

17 días antes de halloween.
ASAP, ASAP, ASAP.
ASAP, ASAP... Me despertó la conciencia de intentar recordar su significado y en el chat matutino: I will try to do it as soon as possible.

¡ASAP! 


viernes, 11 de septiembre de 2020

Como siempre

 


Vi gran parte de mi sueño desde arriba, como un plano cinematográfico que tiene la intención de conmover. 

Me bañé en una ducha a la que le salía agua hirviendo por todas las paredes, perfecta como me gusta y cuando cogí mi toalla para secarme me fijé que estas se encontraban en la misma posición. —Como todos los días —Pensé.

Camino a mi habitación me encontré con el chico con quien compartía ese apartamento. —Es extraño saber que ya es hora de regresar a nuestras casas —Me dijo mientras yo observaba su saco vinotinto de cuello alto.

—A qué te refieres con regresar? —Le pregunté cómo si estuviera convencida de que eso no iba a suceder.

—Creo que no estoy preparando, ¿Qué debo hacer? —Su angustia me hizo verlo como alguien más adolescente.

—Empieza por usar otro saco. —Le comenté sabiendo que de alguna manera eso daría respuesta a sus interrogantes, aunque me miró con sospecha.

—¿Qué tiene de malo mi saco? —Se preguntó estirándolo para observarlo mejor.

Desde la sala de grandes ventanas se podía observar el huerto.

Salí a recorrerlo ya que debía recolectar el abastecimiento para "el regreso". Todas las frutas, verduras y hortalizas parecían sacadas de otro planeta, eran de formas y colores nada conocidos, además de gigantes. En seguida desenterré algo que tenía el tallo afuera y lo que crecía dentro de la tierra era verde con forma de varios hilos de cebollín, algo que usado igual que la lechuga. Las plantas de arroz eran moradas y gigantes. 

Mi mami ya me había alistado varias cajas con comida pero ella parecía ser parte del huerto, sentada enredada con ramas y flores en el cabello. Me mencionó todo lo que había en cosecha al tiempo que yo cargaba las cajas a la carroza con un caballo blanco que nos llevaría.

Al siguiente día desperté en el fondo de una piscina de aproximadamente 10 metros de profundidad, sentada en una esquina, esta vez no observé todo desde arriba sino desde mis ojos. 

Sentí que me hice las mismas preguntas. ¿Por qué no tengo la necesidad de respirar bajo el agua? ¿Hoy el día será igual?. Me dejé elevar para llegar a la superficie y en ese instante mis pies se encontraban detrás de mi cabeza, como siempre. Pensando en que debía ir a bañarme, como siempre.

viernes, 24 de julio de 2020

Hueso en la frente





Con cuadernos y algunos tubos de papel en brazos, estaba a dos cuadras de llegar a la avenida principal, en ese punto me encontré con un amigo que me saludó y me preguntó que para dónde iba, así que le respondí que necesitaba un taxi. Él me señaló uno que se ubicaba al lado de su carro. Vi al conductor hablando y tomando tinto con otra gente, entonces sonreí porque no quería cargar más con mis cosas. Cuando me subí, me preocupé más en dejar los tubos ordenados que por el aspecto del taxi, por lo tanto cuando levanté la mirada ya era demasiado tarde. El auto tenía sacadas las sillas del frente y había dispuesto un nuevo mecanismo que le permitía manejar desde la silla de atrás, de manera que cuando él se subió, quedó sentado al lado mío, ahí reaccioné para bajarme pero rápidamente aseguró las puertas y presionó un botón que empañaba todos los vidrios sin permitirme llamar la atención a los de afuera. Grité y me abrazó  —Nada de lo que hagas servirá —me dijo mientras me apretaba con fuerza. Hice un último intento en el que logré abrir la puerta, sin embargo ya estábamos en un garaje, ese saltó de tiempo me hizo entender que me encontraba drogada y además sin energía, por lo tanto, el tipo me bajó del taxi saludando a un sujeto gordo que vestía un traje de buceo. De nuevo como un parpadeo resulté en su cama y el taxista encima mío. Esta vez decidí llevarle la idea, fingir que quería hacerlo para ver si se le bajaban las ganas de violarme, aunque aún me sostenía con dureza, guardé la calma y me dediqué a observarlo. Sus facciones eran angulosas, ojos enrojecidos, lleno de tatuajes, delgado como si consumiera heroína. Noté que tenía un microdermal con forma de hueso en la frente, por eso se lo golpeé creyendo que iba a desequilibrarlo y por el contrario, me tomó con más vigor  —¿Te las quieres dar de rudita?  —me dijo mientras su sangre caía en mi cara. Cumplió su objetivo y me dejó en la avenida en la que estaba a punto de llegar el día anterior. Por esta razón, fui directamente a buscar a mi amigo y lo acusé de cómplice, él me aseguró de todas las formas que no y que se dispondría a ayudarme. Enseguida, me llevó a un callejón cerrado donde el sujeto guardaba el carro, reconocí la casa del sujeto del traje y en ese lugar me quedé planeando mi venganza. 

miércoles, 22 de julio de 2020

La balsa de la medusa


Le Radeau de la Méduse. Théodore Géricault, 1819

La condición de las aguas de río dificultaban la grabación pero a pesar de la turbulencia, los actores continuaban en la balsa, era un gran reto, parecía imposible y había que buscar soluciones todo el tiempo. "La balsa de la medusa” era cómo se iba a llamar este corto dirigido por Day, quien vestía de negro. El estrés era alto y yo buscaba desesperadamente un cigarrillo pero nadie fumaba. Por fin, en otra locación, después de que el dueño mostrara su casa, un hombre y una mujer adolescente se escondían, luego la chica salía desnuda. —Corte —dijo Day y pidió una capa para la mujer.
Sueño anónimo. 

martes, 7 de julio de 2020

Carta



Querida M. 
Por favor no muestres esta carta a nadie. 
Sé que es difícil para ti entender todo lo acontecido, pero para mi no lo fue, pues fueron claros los motivos. Aunque duela, todo fue premeditado, sí, la misoginia, la endogamia, y sobre todo, el patriarcado. Esto sí que quise enterrarlo, y bueno fue literal. Este mapa del patio tiene una guía de dónde está la platería que guardé y es bastante. Eso sí, no hurgues más allá de diez centímetros, en el fondo siempre habrá algo que no deseas ver. 

martes, 2 de junio de 2020

Floyd




Andrés Wethington empezó a hablarnos a Jimmy Wicker y a mí, de un supuesto proceder de intercambiar el subconsciente observando cierta situación de la mirada. Como nosotros siempre nos seguimos en cualquier idea, no cuestionamos y simplemente lo llevamos a la práctica. Andrés me condujo en los pasos que debía realizar. Primero, nos situamos de tal manera que mi ojo izquierdo estuviera muy cerca del suyo. Debía observar con detenimiento cualquier figura que se hiciera presente en su reflejo del iris. Yo vi en su ojo café algunos brillos normales, no veía nada extraño por unos minutos aunque seguí insistente hasta que encontré unas manchas moradas que empezaron a unirse formando una masa cuando de repente empezé a sentir mareo y caí sobre el piso. No fue un gran golpe ya que estábamos semi sentados en una alfombra. Intenté levantarme de allí, sin embargo me sentía pesada y las náuseas me recordaban el momento en el que quiería despertar de una sala quirúrgica. Finalmente, pude abrir los ojos en el cuerpo de Andrés viendo a Deisy reír de una manera que no reconocí. Así pues, afirmé el planteamiento de mi amigo en su teoría. Le contamos a nuestro amigo la experiencia y nos reímos bastante viendo nuestras apariencias ajenas y la risa de confusión de Wicker. Luego, salimos de ese estado como si fuera algo a lo que se le acaba el efecto. Ahora era el momento de intentar cambiar la consciencia con Jimmy. Al principio fue más difícil que la vez anterior ya que nos invadía una risa nerviosa, además su pupila se hacía pequeña y la expresión era bien graciosa. Él quería que yo tomara las cosas en serio pero me costaba. En sus ojos veía mi reflejo que empezó a desvanecerse, volví a caer en el letargo de la misma forma y desperté en Jimmy, pero entonces como estábamos en mi casa tuve que responder a una petición de mi mami. Cuando él en mi imagen habló con ella, los gestos que hacía él no eran propios de mí y mi mami pareció descubrirlo, además sentí su mirada maternal hacía "mí". Rápidamente respondimos a su diligencia y salimos de casa para evitar más confusión. Wicker odió mis movimientos. Me peiné diferente, caminé de otra forma a lo que el llamó homosexual y mi risa era algo que él no quería escuchar. Caminando en la calle tuvimos una charla sobre el ser, el cuerpo y la escencia; algo que siempre ha sido un tema predominante pero esta vez, más palpable.

jueves, 28 de mayo de 2020

Desde el cielo


Por el sonido ambiente, noté que había despertado y aún seguía dormida, lo percibí porque cuando quise abrir los ojos y también mover los brazos, no lo conseguí. En ese instante supe que era el momento de practicar uno de los tips del libro que estoy leyendo sobre sueños lúcidos y al tiempo, me levanté rápidamente y me senté en lacama. La habitación tenía colores rojizos y el fondo se desenfocaba. Mi primer intento de ir a un lugar fue casi como ver un gif, me pareció un poco forzado involucrarme, por eso hice otro intento y fui al parque. Empecé a balancearme en el columpio de cadenas. En la realidad nunca he llegado tan alto porque siempre me ha dado miedo caer, entonces esta vez me columpié muy elevado. Me decía a mí misma "no te vas a caer, estás soñando" y así fue, cada vez más arriba. Por un segundo dudé y creí la posibilidad de estrellarme contra la estructura de madera así que la eliminé, ahora las cadenas provenían del cielo y me mecí todavía más alto suprimiendo cada obstáculo. La adrenalina era increíble, el viento, la vista nocturna en los 180°, cuando vi que no me estaba sosteniendo de las cadenas sino tenía mis puños cerrados al lado, como si eso hiciera el mismo efecto, intenté cogerme de ellas pero la fuerza de gravedad no lo permitía. De todas formas volví a afirmar que estaba en un sueño y que sería imposible caer. Desperté con el mismo sonido que afirmaba estar en la realidad, ahí me di cuenta que seguía sin poder mover mis brazos y era posible volver a tener un sueño lúcido, pero no... Decidí descansar y tener sueños más inconscientes pero esa ya es otra historia.

miércoles, 20 de mayo de 2020

Fractales

En una reunión familiar, había demasiada comida que desapareció en un parpadeo. No fue bueno, todos parecían hambrientos, sin embargo no era eso, era gula. Escapé del ambiente hostil y subí las escaleras a un espacio construído por mí. Este lugar tenía pasado, presente y futuro. Mil habitaciones, mucha de gente encantadora, balcones con vista increíble y algunas cosas extrañas. Me senté en uno de los balcones a ver la ciudad en compañía de alguien, por supuesto agradable. Un hombre de pocas palabras así que yo no paré de hablar. Le conté que ese sitio me fascinaba aunque n
o viviría ahí. El caos me gusta pero lo apacible me permite pensar. Noté en su cuello un piercing nuevo y este estaba sangrando, por esto, llevé implementos asépticos pero no dejaba de sangrar, los hilos de sangre eran color naranja y empezaron a subir por mi mano en una danza de estructuras geometrícas donde todos reímos, incluso estos fractales. 

domingo, 12 de abril de 2020

Peces del infierno

Con los Hellfish (un grupo de amigos artistas), nos acomodamos en unas cabañas con la intención de pasar un fin de semana agradable. Chucho, acompañado de su novia, Jorge con sus dos hijos, que a pesar de ser adolescentes, en este sueño tenían 4 y 6 años, mi novio conmigo, y los otros cuatro del del grupo no llevaron a nadie más. La distribución de las habitaciones era bastante encajonada, sin embargo nos logramos adecuar. Al rato, salí de bañarme, me acomodé en el sofá aún envuelta en la toalla y me senté a mirar el celular, ahí intenté ignorar una discusión de Chucho con su pareja; así que entré a la habitación de los chicos, ellos se estaban masturbando viendo un póster de una niña en la pared, cuando para colmo uno de ellos se vino a chorros sobre mi pierna. Salí horrorizada a buscar con qué limpiarme, por lo tanto, entré con urgencia a la habitación de Chucho, en ella habían dos camas, su chica estaba acostada boca abajo, desnuda, ocupando las dos camas, una con los pies, el abdomen en el aire y el resto del cuerpo en la otra cama, donde su pareja le estaba inyectando algo que parecía ser heroína; frente a la situación olvidé mi problema y enseguida salí de ahí. Al cruzar la puerta me encontré de frente con una señora gigante, gorda, todo su ser producía terror, recorrí el lugar con la mirada y detrás mío estaban contra la pared el resto de mis compañeros de cabaña, al lado había una mesa con instrumentos quirúrgicos, también colgaban del techo algunas cadenas. Intenté reaccionar a la vez que la señora sacó de las habitaciones a los demás miembros del grupo y dijo: ¡Qué empiece la función! En ese momento la mujer se puso las cadenas y me pidió que escogiera uno de sus dientes para sacarlo con los elementos que habían ahí. Elegí arrancarle uno de sus colmillos, sentí como se desprendía de la carne de la encía pero se trabó, enseguida su cara se volvió más espeluznante, puesto que abría sus ojos no precisamente de dolor, sino de un placer enfermo. Entonces rompí su diente y me asusté porque pensé que ahora ella me haría daño a mí, pero me dijo que debía sacarlo completo y al mismo tiempo ponía en mi mano un aparato mecánico para taladrar lo que faltaba. Empezó a salpicarme su sangre en mi cara, en mi boca y ojos, esa sensación fue más asquerosa que el semen de niño en mi pierna, pero entre tanta conmoción, dejé de sentir. Llevé el aparato tan profundo a su boca que la ahogué y de esta manera quedó suspendida en las cadenas. Con los Hellfish salimos de las cabañas a planear cómo salir de ahí, pero Jorge llegó con cara de frustración y nos contó que habían cuerpos envueltos en papel celofán colgados en los árboles. Yo había barrido un montón de colillas de cigarrillo y encendimos otros más, no teníamos claro qué hacer puesto que la horrorosa mujer dejó claro que la función apenas empezaba. Cuando dirigí la mirada al cielo, en este se dibujaba una cara absolutamente macabra con la luz roja que se filtraba de la luna. Saqué mi celular para tomarle fotos y al respecto Cesar me preguntó: ¿Lo estás disfrutando verdad? A lo que sonreí y afirmé.

sábado, 7 de marzo de 2020

"Vagiano"

-No tienes que hacerlo -le dije viéndolo con su actitud tímida en la esquina de la cama.
-debo irme ya -le anuncié-.
Me quedé observándolo mientras me aproximaba para despedirme. Entre más cerca lo veía me parecía verlo más guapo. ¿Por qué no me había dado cuenta su piel blanca, cabello largo, ojos claros, vello en el pecho?
Quitó su cara para evitar mi despedida y se puso en una posición muy dispuesta. Me acerqué para penetrarlo con mi miembro masculino, cuando entonces, me di cuenta que la vergüenza era por su "vagiano".


sábado, 22 de febrero de 2020

Escultura de huesos

Con mi mamá o abuela, me hallé en un sitio de experimentación animal parecido a un zoológico. Predominaron los felinos, como tigres y leones. Entre ellos habían acabado de lanzar un perro muy mal herido, así que le reclamé al personal: ¿Cómo es posible que le entreguen un perro vivo a estas fieras?
Cuando miré la otra jaula, fue el turno de mi perro Tinto, mi reacción fue ¡Jueputa Tinto! No había manera de actuar más rápido que el león que lo acechó y arrancó su cabeza, solo me quedó gritar y llorar y dejar mis lágrimas en los vidrios de la jaula. En ese momento, la persona que se encontraba acompañándome se convirtió en una deidad precolombina, como la Pachamama o la Madremonte, quien me dijo "el dolor de la vida solo puede ser calmado con la belleza del arte" a su vez, alzó los restos mortales de Tinto y los convirtió en una escultura de huesos al mejor estilo de Tim Burton.
Sueño de Luis Avendaño

jueves, 13 de febrero de 2020

I

-¡Qué puente más eterno! Deberían poner tubos de bomberos en los extremos para las personas que vamos con afán -le expresé a mi hermana. El puente parecía alargarse y Angelita reía de mi ansiedad. -Él es... -abrí más mis ojos sorprendida. -Sí, es él -mi hermana me interrumpió. -¿Será que lo saludo? No, caminemos despacio -decidí. Su barba ahora canosa, lo hacía lucir más sexy y también se veía feliz. Deseo dejar de soñarte.

domingo, 9 de febrero de 2020

Eclosión

Es importante dormir bien para alimentarlos bien. Sabía que el sueño profundo lograba mantener los huevecillos en buenas condiciones, entonces me preocupé porque hacía frío y seguramente no iban a sobrevivir. Cuando desperté llegó la hora del perfecto corte cuadrado sobre la piel, sentí nervios cuando ví salir los hilos blandos y translúcidos de mi carne. Sin embargo, por su color noté que estaban vivos y esta nueva ración mantendría vital a ese ser superior.

lunes, 27 de enero de 2020

La gata negra

Desperté plácidamente, las paredes blancas y la compañía reflejaban tranquilidad, entonces vi a Saku (mi gata negra de patas blancas), divisando el parque que se veía más extenso estando vacío. Le sonreí a la poco iluminada escena, entonces Saku empezó a escalar la ventana para poder salir por uno de los huecos de ventilación. Me levanté de un salto para alcanzar a cogerla, en mi afán y torpeza le saqué un ojo, era como una bolsa de carne, por lo que la arrojé al piso con impresión, aunque la negra estaba sentada tranquila mirándome desde su único ojo acompañado del otro cerrado con sangre. Su indiferencia me calmó, así que tomé la bolsa de carne para ver si podía arreglarlo. Al abrirlo, estaba su lente intacto con algunas otras piezas steampunk. -¡Puedo arreglarlo!- Celebré.