Esta casa tenía un aspecto sombrío, sin embargo era cálida. Juan tenía dos camas, una sencilla en su cuarto y otra doble en la sala. Por el guayabo o tal vez aún ebria, llegué a la cama a gatas, buscando algo entre las sábanas. En ese momento entro una negra muy bella, era la roomie actriz de teatro, con afán me dijo que ya íbamos a empezar. Me tomó del brazo y me ayudó a subir a mí posición en el armazón de varias escaleras.
Tomé mi lugar y no podía evitar mirar al piso, sabía que sí caía moriría. La actriz con la mirada me indicó que siguiera sus pasos. Yo solo podía pensar en el abismo.
lunes, 6 de mayo de 2019
Escena
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Llegue a casa a leerlo.
ResponderEliminarLineas finales bastante densas que dejan entrever el miedo a una recaida emocional.
Esperare otros 84 años a una nueva entrada :D
Jajajaja 84 años... Interesante interpretación.
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