Micro pesadillas lúcidas

lunes, 27 de enero de 2020

La gata negra

Desperté plácidamente, las paredes blancas y la compañía reflejaban tranquilidad, entonces vi a Saku (mi gata negra de patas blancas), divisando el parque que se veía más extenso estando vacío. Le sonreí a la poco iluminada escena, entonces Saku empezó a escalar la ventana para poder salir por uno de los huecos de ventilación. Me levanté de un salto para alcanzar a cogerla, en mi afán y torpeza le saqué un ojo, era como una bolsa de carne, por lo que la arrojé al piso con impresión, aunque la negra estaba sentada tranquila mirándome desde su único ojo acompañado del otro cerrado con sangre. Su indiferencia me calmó, así que tomé la bolsa de carne para ver si podía arreglarlo. Al abrirlo, estaba su lente intacto con algunas otras piezas steampunk. -¡Puedo arreglarlo!- Celebré.