Micro pesadillas lúcidas

viernes, 11 de septiembre de 2020

Como siempre

 


Vi gran parte de mi sueño desde arriba, como un plano cinematográfico que tiene la intención de conmover. 

Me bañé en una ducha a la que le salía agua hirviendo por todas las paredes, perfecta como me gusta y cuando cogí mi toalla para secarme me fijé que estas se encontraban en la misma posición. —Como todos los días —Pensé.

Camino a mi habitación me encontré con el chico con quien compartía ese apartamento. —Es extraño saber que ya es hora de regresar a nuestras casas —Me dijo mientras yo observaba su saco vinotinto de cuello alto.

—A qué te refieres con regresar? —Le pregunté cómo si estuviera convencida de que eso no iba a suceder.

—Creo que no estoy preparando, ¿Qué debo hacer? —Su angustia me hizo verlo como alguien más adolescente.

—Empieza por usar otro saco. —Le comenté sabiendo que de alguna manera eso daría respuesta a sus interrogantes, aunque me miró con sospecha.

—¿Qué tiene de malo mi saco? —Se preguntó estirándolo para observarlo mejor.

Desde la sala de grandes ventanas se podía observar el huerto.

Salí a recorrerlo ya que debía recolectar el abastecimiento para "el regreso". Todas las frutas, verduras y hortalizas parecían sacadas de otro planeta, eran de formas y colores nada conocidos, además de gigantes. En seguida desenterré algo que tenía el tallo afuera y lo que crecía dentro de la tierra era verde con forma de varios hilos de cebollín, algo que usado igual que la lechuga. Las plantas de arroz eran moradas y gigantes. 

Mi mami ya me había alistado varias cajas con comida pero ella parecía ser parte del huerto, sentada enredada con ramas y flores en el cabello. Me mencionó todo lo que había en cosecha al tiempo que yo cargaba las cajas a la carroza con un caballo blanco que nos llevaría.

Al siguiente día desperté en el fondo de una piscina de aproximadamente 10 metros de profundidad, sentada en una esquina, esta vez no observé todo desde arriba sino desde mis ojos. 

Sentí que me hice las mismas preguntas. ¿Por qué no tengo la necesidad de respirar bajo el agua? ¿Hoy el día será igual?. Me dejé elevar para llegar a la superficie y en ese instante mis pies se encontraban detrás de mi cabeza, como siempre. Pensando en que debía ir a bañarme, como siempre.