-Tengo que ser rápida, es mi única oportunidad.
Con los ojos entrecerrados para ver a un supuesto médico acercarse y también fingir que estoy dormida, dejé que se aproximara suficiente. De un salto ligero, pude arrancarle la jeringa que usaría para someterme en ese cuarto con implementos de cirugía. Fue un momento eterno, pero al menos logré desestabilizarlo al inyectar su brazo con el compuesto color blanco que traía.
La puerta abierta me mostró los otros espacios del lugar, estos eran claros, diferente a la habitación en la que me encontré, así que caminé con cautela por el sitio. Cuando pasé por la cocina, tomé un cuchillo de buen filo que llamó mi atención. Cada espacio tenía varias puertas y esto me hizo pensar que en cualquier momento alguien iba a sorprenderme por detrás. Entonces lo ví en la habitación a mi lado. Descansando, tranquilo, viendo cualquier programa de History Channel. Ahí pensé que debía matarlo. Un montón de imágenes se pasaron por mi cabeza sobre lo fácil que sería hacerlo, la fuerte propulsión de sangre al cortar su cuello, el filo del cuchillo rebanando su garganta o la punta del instrumento enterrada a dos manos; pero entonces todo esto me produjo mucho terror.
-Imposible, nunca podría hacer esto. Pensé mientras ponía mi herramienta en el piso. Me acerqué despacio y cuándo me vio, sin decir una palabra puso su brazo invitándome a acostarme junto a él. -No quiero abortar. Le dije apretando mi cabeza sobre su hombro.
-No tienes que hacerlo. Me dijo besándome la frente.
jueves, 27 de diciembre de 2018
Aborto
miércoles, 12 de diciembre de 2018
Doble parálisis
martes, 11 de diciembre de 2018
En ninguna parte
jueves, 6 de diciembre de 2018
Viaje onírico
miércoles, 5 de diciembre de 2018
Sin salida
domingo, 2 de diciembre de 2018
Solo son sueños
1
-Esto es un sueño.
-Lo sé. Por eso no te soltaré hasta que despierte.
2
Unas bombas con forma de medusa y de rana bajaron del cielo, desde la ventana las pude observar y corrí por el pasillo haciendo un sonido leve de medias contra madera para verlas más cerca. Era un momento feliz y ahí lo abracé de nuevo sin soltarlo.
-Te amo, te amo, te amo, te amo.
Sonrió.
Sueños, solo son sueños.
martes, 6 de noviembre de 2018
Casa del terror (Contenido explícito)
-No deberíamos estar aquí- le dije a Juliana quien no podía ocultar su sonrisa por la emoción de entrar a aquella casa.
-No pasará nada- Me dijo con su sonrisa que odié mientras ví que en sus manos sostenía ropa interior de cambio.
Cuándo cruzamos la puerta Juli muy dispuesta entró a una de las habitaciones y alcancé a ver cómo se acomodó en una de las camas. Yo en cambio sentí escalofríos con solo recorrer mi mirada por la primera planta del lugar. Había mujeres por todas partes, todas tan jóvenes que pensé que yo era la mayor de ellas. Subí con un impulso indescifrable hasta el último piso que era el cuarto, por la escalera en espiral. En este lugar habían mujeres excéntricas, niñas pequeñas llenas de sangre, bebés que tal vez daban sus últimos gateos, muerte y una joven que intentaba decir algo, pero ya no había coherencia ni fuerza en sus palabras, así que no tuve éxito en descifrar qué decía. Ante esta escena, bajé horrorizada al tercer piso en dónde habían dos habitaciones al fondo y un baño con el que me enfrenté primero. Un hombre me cerró la puerta en la cara al ver que lo observaba penetrando por detrás a una de las encerradas habitantes. Las cautivas no mostraban resistencia, las paredes y pisos tenían marcas de historias aterradoras. Cuando bajé, no quise detenerme en las habitaciones del segundo piso. Juli tenía otra expresión, ya no había ninguna sonrisa, en cambio, tenía la misma expresión subyugada de las demás. Halé su brazo para intentar salir con ella pero su postura se hizo más rígida manifestando miedo. Cuando crucé la puerta para salir, ví como un niño de corta edad corrió por el camino marcado en la entrada y se ocultó dentro de un cafetal. Sin duda lo seguí pero al entrar en en follaje lo perdí. Con sigilo me moví entre las matas y entonces escuché unas voces. Al llegar a las ruinas de un muro por dónde provenían las voces, me asomé cuidadosamente y ahí se encontraba una pareja de simios con el niño muerto tomado en sus manos como si se tratara de un muñeco, en una discusión sobre como iban a comerlo.
Estridencia
Golpeé un tubo metálico que generó tantas vibraciones como para producir un ruido ensordecedor. Frenarlo cortó mis dedos en intentos repetidos. No quiero dormir.
jueves, 18 de octubre de 2018
In the black
Luego un canto detrás de ella le llamó la atención. Era una mujer sentada con sus rodillas cerca de la cara jugando con unas pequeñas cajas. De pronto, la perspectiva de D. cambió y era ella quien estaba sentada cantando y moviendo las cajas. Cada caja tenía una carátula con una cantante diferente. Tomo una que decía: Britney Spears in the black, otra que decía: Shakira in the black, todas estas tenían ese cierre "in the black". Una vez las leía, las lanzaba al agua. Sus movimientos eran involuntarios así que se dedicó solo a observar.
Al abrirlos se vio en unas escaleras de color verde, con un vestido mal puesto. Al lado derecho observaba el edificio donde se encontraba ahora, notó a través de las ventanas salones de descanso. Empezó a bajar con afán mientras halaba su vestidura ya que las escaleras no tenían contrahuella, de modo que tenía la impresión de que las personas podían ver debajo de su vestido. En los últimos escalones logró ver la portería del lugar y, a su vez, se dio cuenta de que estaba en un centro psiquiátrico, dado que las personas que caminaban por ahí se veían bastante excéntricas. En la salida había una puerta de vidrio que comunicaba al espacio de recepción, entonces sonó un timbre que avisaba que D. podía cruzar.