Micro pesadillas lúcidas

miércoles, 12 de diciembre de 2018

Doble parálisis


En una siesta, donde me arrulló el sonido de patinetas y gallos cantando, noté que no podía despertar. -Ah esto de nuevo, tómalo con calma, me dije. De pronto sentí unos pasos al lado de la cama. -¿Será él? Intenté abrir los ojos donde a penas logré ver una línea borrosa, pero había alguien ahí. -Imposible, no creo que haya podido escapar de la oficina un día como hoy.
Cerré mi intento de abrir los ojos y traté de dormir para despertar “bien”. Luego escuché a mis gatas jugar, sobre mí, un salto al juguete, al frente mío. De nuevo a penas abrí la línea borrosa de visión. -¿Otra vez?- Reí dentro de mí con burla. Las patinetas y los gallos los presencié claramente, tal vez esto sí sea real. -Calma Daisy, no te duermas.
Cuando desperté, pude pararme de la cama al fin, mis gatas dormían plácidamente tomando el sol, como siempre, en una larga sesión casi al punto de derretirse. -No era posible, estas cabezonas nunca jugaron en el cuarto.
Él tampoco estuvo ahí.

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