Plano onírico
Gracias por venir, puede que te encuentres en una de esas realidades absurdas. Aquí cualquier cosa puede pasar.
lunes, 2 de diciembre de 2019
Triple parálisis
miércoles, 16 de octubre de 2019
Ficción
domingo, 29 de septiembre de 2019
Disfraz
miércoles, 4 de septiembre de 2019
Brazo
jueves, 13 de junio de 2019
Dos días
-Me voy a caer de aquí.
-No, sólo encuentra la posición que es.
-¡Es verdad! Creo que la tengo, pero aún siento que voy a caer.
-Tranquila, el agua está picosa pero es constante.
-Esta bien. ¡Wohoo, qué divertido! ¿Quiénes son esas personas armadas? ¡Nos apuntan!
-Es la guerrilla, bótate.
-Este baño está muy sucio, ¡Quiero salir de aquí!
-Shh, no deben encontrarnos.
-Estoy segura que me dispararon, estoy segura de haber muerto.
-Sí, sí, te mataron, de todas formas estás aquí.
-Imposible.
Día 2
Concéntrate, regresa.
(Una lámpara rectangular).
Estás volviendo.
(Una lámpara distorsionada).
¿Qué sientes? Es como sentir borrachera y el peor guayabo al tiempo.
(Todo es blanco y la lámpara ondeante).
Espera, espera, debes recordar estas imágenes.
(Fuego, colores rojo, amarillo, naranja y negro, demonios que se transforman en calaveras).
-¿Cómo te sientes?
lunes, 6 de mayo de 2019
Escena
Esta casa tenía un aspecto sombrío, sin embargo era cálida. Juan tenía dos camas, una sencilla en su cuarto y otra doble en la sala. Por el guayabo o tal vez aún ebria, llegué a la cama a gatas, buscando algo entre las sábanas. En ese momento entro una negra muy bella, era la roomie actriz de teatro, con afán me dijo que ya íbamos a empezar. Me tomó del brazo y me ayudó a subir a mí posición en el armazón de varias escaleras.
Tomé mi lugar y no podía evitar mirar al piso, sabía que sí caía moriría. La actriz con la mirada me indicó que siguiera sus pasos. Yo solo podía pensar en el abismo.
miércoles, 20 de marzo de 2019
Niebla
En compañía de mi pareja, quien percibí como un fantasma porque nunca lo ví en mi sueño pero sabía que estaba ahí, distinguimos a lo lejos una cabaña entre la niebla, caminamos a ella expectantes por cómo nos atenderían allí.
Salió un par de ancianos al momento de asomarnos y de manera hospitalaria, la mujer preguntó que si éramos los huéspedes, nosotros nos miramos y asentimos a la pregunta aunque sin estar muy seguros de ser las personas que esperaban. El lugar era una construcción en madera de dos plantas, sin puertas ni ventanas, el camino principal conducía a la parte alta, ésta con una enorme sala desde donde se podía observar no muy lejos montañas cubiertas con neblina, también un gran valle con algunos caballos pastando, los otros podían descansar en la parte despejada de la sala que de un salto accedían a ella. Halé a mi acompañante con gran curiosidad de ver la parte baja, esta era tan acogedora que no hacía frío, todos los espacios contaban con fácil acceso, la cocina en la mitad y las habitaciones a los lados. Una vez instalados, salí a ver los caballos, uno de ellos se acercó a mí, su pelaje color café claro con blanco era largo y espeso, lo acaricié y agachó su cabeza en una invitación a montarlo, así que me subí con una gran sonrisa.